Otra vez suena la alarma del despertador, esa que ponemos en repetición cada dos por tres para no quedarnos dormidos bajo nuestro reconfortante y calentito edredón de plumas.
Llega el momento de afrontar la realidad, nos levantamos de la cama y nos dirigimos al lavabo con los ojos medio cerrados, nos agachamos para empaparnos la cara de agua sobre el lavabo y nada más levantarla observamos una cosa que no ha dormido más de 5 horas.
No nos pongamos dramáticas, es el momento de descubrir que es lo necesario para un buen maquillaje de día.
El maquillaje de día o también llamado de cara lavada es un maquillaje muy básico que se realiza en pocos pasos y con muy pocos productos.
Lo más importante es escoger la base adecuada para el tono de nuestra piel y aplicarla uniformemente batiéndola con una esponja para no dejar ningún corte.
La elección de tonos en sombras y de coloretes han de ser muy neutros y suaves, ya que queremos dar un aspecto de cara de porcelana.
Las claves de este maquillaje son:
- cara luminosa, natural y limpia.
Para tener unos resultados óptimos, no sólo en este maquillaje, sino en todos será necesario preparar previamente la piel como detallamos en la anterior entrada. Con la cara lavada
Para una mayor luminosidad, podemos aplicar un iluminador o corrector morado en la parte superior de la mejilla, sobre el colorete.
Si se quiere subir el tono de la piel, para que parezca más bronceada, podemos usar polvos de sol.
Este maquillaje es perfecto para estilismos que giran en torno a una estética naif, preppy o aniñada.